Si bien los fondos públicos son abiertos, muchos de los negocios que se ubican en la Amazonía enfrentan grandes retos de acceso, lo que se acentúa cuando son pequeños, están en zonas alejadas a las ciudades, o son liderados por mujeres indígenas. Esto hace que el acompañamiento en el proceso de aplicación a estos negocios con alto potencial sea vital para su éxito en la consecución de fondos.
“Es indispensable que los negocios que identificamos por su potencial económico, social y ambiental, no se vean excluidos por algún tema administrativo, por ejemplo. Por eso, en algunos casos se les ha apoyado con trámites legales, como inscripciones de RUC ante SUNARP y en otros hemos trabajado con ellos los planes de negocio que exige un Agroideas, PBS – SERFOR o un Procompite”, nos comenta Fernanda Eliot, coordinadora senior de monitoreo y evaluación de la Alianza Empresarial por la Amazonía, en Conservación Internacional Perú.
En total son 18 negocios los que han logrado acceder a estos fondos concursables, apalancando un monto que supera los 6 millones de soles. “Apuntamos a priorizar iniciativas económicas que generen impactos positivos sobre el territorio, tanto social como ambientalmente. Algunos cuentan con Acuerdos de Conservación con áreas protegidas o se ubican estratégicamente en zonas de amortiguamiento o son colindantes con importantes áreas como las Reservas Comunales El Sira y Purús, las Áreas de Conservación Regional Bosque Montano de Carpish y Ampiyacu Apayacu o el Bosque de Protección Alto Mayo”, añade Kary Ríos, gerente del programa de Selva Central de Conservación Internacional Perú.
Estos esfuerzos se vienen desarrollando con éxito en Ucayali y Huánuco, y recientemente en Loreto, y San Martín donde los negocios acreedores de fondos varían desde acuicultura, artesanía, café, miel, plantaciones forestales maderables, ganadería, turismo y frutos amazónicos. “Con estos fondos mejoraremos nuestra oferta turística, demarcando las rutas ecológicas, construyendo garitas de control y colocando paneles informativos para mejorar la experiencia de los turistas, fortaleciendo además la gestión de estas 586 hectáreas de bosque”, nos comenta Francis Chauca de la Asociación para la Conservación ASOCONPREBIOCHA, en Pucallpa.
El verdadero impacto va mucho más allá de los resultados económicos inmediatos. Al fortalecer a los y las emprendedoras locales, se fortalece la economía regional, se protege el entorno natural y se promueve prácticas sostenibles que mejoran el bienestar de las comunidades. Esto es el resultado de la visión y sinergia de los equipos de Selva Central, Alto Mayo y Loreto de Conservación Internacional Perú que han trabajado de la mano con socios locales y con la Alianza Empresarial por la Amazonía, una plataforma que impulsa en colaboración con USAID y el Gobierno de Canadá.
“Si la población asentada en la Amazonía no es capaz de cubrir sus necesidades más básicas, las actividades ilegales siempre serán una alternativa y una amenaza para el bioma más importante del planeta. Hacer que prosperen los negocios basados en la biodiversidad es una prioridad para Conservación Internacional Perú”, afirma Luis Espinel, director ejecutivo y vicepresidente de Conservación Internacional Perú.